• Expropiar terrenos para construir sucursales de Foxylandia, o de Calderonlandia, y así mantener a la gente divertida y distraída de la violenta realidad.
• Otra variante podría ser ocupar esos terrenos para realizar conciertos masivos como el de Rock in Rio, con artistas como Maná, Ale Guzmán o Kalimba, que serían un buen gancho para el consumo de sus productos.
• Los vehículos decomisados podrían entregarse a las corporaciones policiacas del país que no tengan recursos, incrementando sus flotillas para servirles de encubridores y distractores durante las balaceras.
• Y con la venta de todos estos inmuebles incautados se podría hacer una colecta para ayudar al América o para rescatar al arrumbado Coloso del Bicentenario y recobrar una parte del blanco material del que está hecho.