domingo, 29 de noviembre de 2009

...inche Teatro en Iztapalapa

¡Ay Juanito, no te hagas guaje!

Como si la comedia musical en México no tuviera buenas propuestas, el próximo 5 de diciembre se estrena en el Teatro Blanquita la nueva puesta en escena que hará ver a Los Miserables de Brodgüey como La Risa en Vacaciones X.


Escrita y dirigida por Alberto Manuel López Rojas, alias El Caballo Obrador, estelarizada por el politic-star Johnny be bad, y con las actuaciones especiales de Alberto Canaya, Dante Mitzuko Delgado, Benito Noroñas Castro, Sol Azteca Moreno, bajo la dirección de Chucho Varela Ortega, la obra narra las peripecias de un “don nadie” que vivía en la ignominia y después de sus 15 minutos de fama instantánea ahora es mucho mas popular que Fox y Martita juntos en sus tiempos de bonanza.

Primer y único acto

Se encuentra el Doctor Pejenstein hablando en un mitin para apoyar a la Embrugada de Iztapalapa, cuando un niño de la calle le dice que deben buscar a un nuevo ídolo popular para captar el voto por el PG (Partido del Gargajo) y así, de la nada, se le ocurre señalar a un tal Rafael Acosta (que no era pariente de Acosta Naranjo, lo cual lo salvó del linchamiento) y preguntándole: “A ver, ¿tú, como te llamaj?”, le contesta: “Este, este... Jua, Juani..., Juanito, Juanito, Juanito... así me dicen”. En ese momento el Doctor Peje, levantando la voz, exclama: “¡Ejtá vivo! ¡Y jerá el candidato!”, regodeándose de haber creado un monstruo.

Juanito el Soñador no se la cree. Ganando la elección del 5 de julio ha dejado de ser un pobre paletero que actuó cinco minutos en una película de ficheras y ahora se encumbra hacia la jefatura delegacional de Iztapalapa para hacer... política de ficheras. La vida le cambió como si se hubiera sacado el Melate. Entrevistas en radio y televisión a nivel nacional e internacional. Las mujeres lo acosan y persiguen por su irresistible sex appeal de diputado barato que usa loción “7 machos”, pero viaja en Metro y dice que cumplirá su palabra, hasta que la tentación del poder, que todo lo corrompe, lo alcanza.

En un sueño guajiro, el Príncipe Iztapalapense sale con traje de mariachi en color azul eléctrico bailando la PRInodanza, al tiempo que muchos dinosaurio

s con bandas tricolores en la cabeza hacen un ballet tipo El Cascanueces para inducirlo a que no renuncie a su bien ganada delegación. Juanito se resiste y usando su poderosa banda tricolor (que venden a la entrada del teatro por 30 pesos) logra repeler esta amenaza, hasta que se le ve sentado en un exclusivo restaurante donde es seducido por El Canto de las Sirenas (un lugar de mariscos que no está en Polanco) y comienza a cantar “La pareja ideal”, alternando con Mariana Donas del Campo y Ruth Zavalinche (por cierto, Ninel Conde y Maribel Guardia no aceptaron el papel).

Después de esta revelación, es aquí donde el personaje principal (y único) se enfrenta a sí mismo y decide ser una estrella más del Canal de las que Enseñan. Y olvidándose de su promesa, decide no renunciar y armar una trifulca al interior del movimiento pejista, hasta que todo mundo lo desconoce y le da la espalda por arribista. Es ahí cuando Juanito es crucificado por Marcelo Pilatos, pero resucitará a los 59 días para hacer otro berrinche. Faltaba más.

Esta obra seguramente será un suceso a nivel mundial por la cantidad de incongruencias y desdichos que incluirá, así como actos de magia (como desaparición de carteras y relojes durante la función), además de plagios, albures y chistes sin chiste al por mayor en sketches políticos que superarán a la ficción y que la gente verá seguramente por morbo o por admiración.



No se pierdan la segunda parte de esta obra cuyo título tentativo es: Juanito se rajó otra vez, seguida de la mayor producción teatral para 2012: El fraude tiene cara de Gaviota. Con gel incluido.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Sabia virtud de desaprovechar el tiempo

El reloj legislativo

Como en capítulo de La dimensión desconocida o de Tercer milenio, los legisladores de este país viven en una realidad alterna al estilo Matrix, pues hacen uso del tiempo de una manera irracional que muchos no entendemos. Quizá hayan aprendido algo sobre la Ley de la Relatividad viendo el Discovery Channel en vez del Canal del Congreso.



El aprovechamiento del tiempo de los legisladores es inexplicable, ya que después del arduo trabajo de cuatro días (que debían hacer en un mes), entregan todo a última hora para evitar reclamos. No importa que las cifras no cuadren y que el PRI se haya agandallado los recursos.

Pueden hacer puentes, pero no como el Golden Gate, sino puentes no laborales que, en lugar de tres, son ¡de cinco días! Ideales para darse una vuelta por San Francisco, Disneylandia o Las Vegas, según sean los viáticos sin comprobar.

Cada sesión del Congreso se extiende por horas y horas infinitas, aunque parezca futbol americano, no importa el número de recesos que haya ni para qué los utilicen (dormir, comer, platicar a gusto por teléfono) y nadie se preocupa, al fin que el último minuto también tiene 60 segundos.

Y con la creación de comisiones, equipos y mesas de trabajo para analizar temas que para ellos no tienen relevancia, pues sólo van a gastar tiempo, y más tiempo, y mucho más tiempo, y llegarán a la conclusión de que tal vez nunca puedan tener solución. Véase el IPAB y los hijos de Marta.

Pero quién fuera como los diputados Porfirio Muñoz Ledo, Francisco Javier Salazar Sáenz, Ildefonso Guajardo Villarreal, Jorge Alberto Juraidini Rumilla, Martín García Avilés y Jaime Álvarez Cisneros, quienes acaban de regresar de viaje de placer, ejem, de trabajo a Canadá, y también aprovechan las bondades de este puentazo. Eso sí que es saber aprovechar el tiempo.