Gracias a Dios que no somos políticos
Según el IFAI, los sindicatos aún no tienen obligación de hacer públicos sus ingresos. Para llegar a obtener bonitas propiedades en el extranjero, como yates, relojes caros y demás artículos de primera necesidad, los líderes sindicales no tienen que lidiar con las complicaciones de una persona común y corriente. Un ciudadano trabaja como burro toda su vida para llegar a tener el uno por ciento de lo que los líderes charros obtienen en menos de 15 minutos y que disfrutan sin pena alguna. Mientras los senadores reclaman porque les quieren fiscalizar sus cuentotas y viajes, nosotros nos la seguimos partiendo. Como decía el buen Cuatemochas: nos dan sidral por cerveza. Este diagrama explica la ruta de un vivales para obtener una Hummer o un Rolex y la ruta de un simple mortal para hacerse de su carrito.
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